En 1771 se realiza el retablo que cobija al Santo Cristo y el único que tiene autor conocido; porque en el quinquilibri de la iglesia se dice: "Yo, Domingo Romero, vecino de la ciudad de Soria, maestro escultor, confieso que recibí los trescientos y mil más reales de vellón por el retablo que tengo en la iglesia".

El Santo Cristo es una talla de madera policromada, de tamaño natural, encarnado y con lágrimas de sangre, de gran patetismo. Su cabeza, coronada de espinas, es triangular, similar a las de estilo gótico, y su cuerpo grueso, con gran estudio anatómico, de formas redondeadas, muy de estilo barroco vallisoletano. O el autor aprovechó la cabeza de otra imagen anterior o no guarda unidad de formas. Pero de todas formas es de una belleza sin igual.

Está enmarcado en un retablo paramento de estilo Rococó, con estípites, cornucopias, espejuelos, elementos de la pasión, y otros elementos decorativos. Termina con la Santa Faz.

 


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